A pesar que las Mypimes y Pymes representan
el 96.4 % de las empresas en Colombia, desafortunadamente son las que
más cierran sus puertas cada año; representando
un (78 por ciento), seguido de las pymes (pequeñas y medianas empresas),
con el 22 por ciento. Los activos de las empresas liquidadas sumaron, entre el
2006 y el 2008, 14 billones de pesos. (Diario el Tiempo, 2009).
Al preguntárseles cuales eran las razones, se encontró que:
En el caso de
las Microempresas, los investigadores detectaron que en sus cierres incide ser
"el segmento más vulnerable a los cambios del mercado". Pero también,
otras razones. "Se identificó que los microempresarios no cuentan con
capacitación y conocimiento en los temas administrativos y financieros".
Por su parte,
los problemas que derivan en la liquidación de las pequeñas y medianas no están
relacionados con la falta de preparación de sus emprendedores, "sino
asociados en mayor proporción con la falta de liquidez, problemas con los
socios y el saldo en cartera". (Diario el Tiempo, 2009).
De modo que los problemas que se le presentan a las MIPyMES, obedece a un
conjunto de falencias desde el punto de vista administrativo, ante la
falta no solo del conocimiento teórico
en general, si también por los escasos recursos económicos para el pago de
estudios análisis o asesoría de buen
nivel que los pongan a la par de la
competencia extranjera creciente a pasos agigantados.
Según Puyana (2004), la
productividad y competitividad de las PyMES (Pequeñas y medianas empresas) solo
se lograría a través de una capacitación constante en gestión empresarial y
alta gerencia, para que el gerente tenga una visión de negocio a mediano y largo
plazo. Restrepo et al., (2007). Ejemplo del sector cárnico, las
siguientes consideraciones: 1) considerar cuáles son las necesidades de
formación para ofrecer a las empresas; 2) necesidades de orientación de
dirección estratégica, y 3) necesidades de una nueva cultura. Una conclusión
derivada del análisis de las áreas de la organización es la siguiente: El
sector cárnico es poco competitivo y presenta condición de estancamiento. (Marino Valencia Rodríguez, 2009)
Dentro de los análisis y evaluaciones se ha encontrado
que cada análisis depende de variables no necesariamente ajustadas a la
clasificación legal que se les da a las Mypimes por el número de empleados o el
capital, “Existen otras dimensiones no menos importantes para su clasificación
. Tal es el caso del grado de formalidad o informalidad en el que actúen pues
bien distinto es el caso de una empresa comercial, agrícola o industrial, por
ejemplo con 50 trabajadores, equipos de alta tecnología, buena capacitación y
asistencia técnica, con una administración de avanzada cultura empresarial,
ajuste total a las normas legales y con participación en su entorno mediante la
asociatividad gremial y la toma de conciencia del lugar que ocupa en el proceso
económico nacional. Otro es el caso de una empresa de similar tamaño que actúa
dentro de la informalidad, por carencia de cultura empresarial, por falta de
oportunidades, facilidades y estímulos para su plena incorporación al aparato
productivo del país” (CALA HEDERICH, 2005) investigación (DURSUN BARRIOS HERNANDEZ)
Otro factor de relevancia que
conviene entender es la identificación de la participación en el mercado donde
se reflejan los siguientes indicadores:
La Encuesta
Anual Manufacturera nos permite valorar la incidencia de la MIPYME en el panorama
empresarial colombiano. Representan el 96.4% de los establecimientos,
aproximadamente el 63% del empleo; el 45% de la producción manufacturera, el 40% de los salarios y el 37% del valor agregado.
Son más de
650.000 empresarios cotizando en el sistema de seguridad social.
Como se puede observar, la importancia de este tipo de empresas en Colombia
no puede ser despreciada y ante la cantidad de vacíos observados se deduce
algunas condiciones “sine qua non”, se
podría lograr un avance importante; como
por ejemplo la necesidad de practicar una visión sistémica de la empresa,
concepto elemental que incide de manera profunda en el direccionamiento
estratégico, el reconocimiento y enfrentamiento de la competencia.
Así mismo; conocimientos sobre lo que
representan los estados financieros, la
aplicación de métodos de control sobre procesos y personas, la dirección
de los recursos humanos y el manejo de
los conflictos.
Además de las anteriores disciplinas
que normalmente ya son conocidas de manera somera por este tipo de empresas, y pese a sus
falencias, funcionan; es imprescindible el conocimiento de algunos conceptos
nuevos adoptados en las últimas generaciones administrativas en Latinoamérica,
como lo es el manejo ambiental, la gestión de los riesgos, la aplicación de
estándares internacionales y finalmente el planeamiento de la continuidad de
negocio, como piezas fundamentales en la
posibilidad de crecimiento en mercado global que hoy se enfrenta.